jueves, 17 de noviembre de 2011

UNA VIDA TRASFORMADA

Mi vida fue una constante confusión, estuve agobiado de miedo y depresión, y por mi mente pasaban ganas de suicidarme, tenía miedo de hacer cualquier cosa por temor de elegir lo erróneo. Usaba drogas y alcohol por huir de mis aflicciones, sin embargo solo me hacían sentir  más miserable. Trate de llenar vi vida de sexo pero eso solo se convirtió en un problema más.

Busque ayuda por todos lados- el ocultismo,  filosofías y practicas orientales- pero solo me confundían más. Probé con doctores, consejeros, curanderos medicinas, alcohólicos anónimos y drogadictos anónimos. Cada atentado solo logro calmarme temporalmente, pero luego termine sintiéndome mucho peor debido a un imparable bombardeo emocional y la terrible sensación de una inevitable calamidad.
Me sentí tan desesperado por liberarme de esta miseria que me puse la pistola a la cabeza para suicidarme, pero en vez de eso le pedí ayuda a Dios. Cuando un amigo me consiguió al día siguiente ayuda dentro de un programa de tratamiento supe que Dios había contestado mis oraciones. A pesar de que había estado limpio y sobrio por varios años, estuve aún más deprimido e infeliz que nunca. El problema no eran las drogas o el alcohol, el problema no era el mundo alrededor de mí, el problema no eran las relaciones con la gente, el problema mi conflicto interior.
Tenía que perder mucho más antes de que en mi desesperación finalmente pudiera aceptar la solución de Dios para mi problema. Siempre e estado atento a la influencia de Dios en mi vida. Sabía que él estaba guardándome cuando mi conciencia me decía que estaba tomando malas decisiones especialmente cuando tenía consecuencias. Aun cuando era un niño sabía que no estaba aquí para nadar sin rumbo por la vida. Siempre he tenido la profunda sensación de que Dios tenía un propósito para mi vida, pero siempre lo evite porque siempre he evadido la responsabilidad.

Siempre supe que en algún momento me volvería a Dios y a lo largo de mi vida, la gente me ha tratado de encaminar hacia Cristo. Esta vez cuando una amiga comenzó a hablarme de los cambios que Cristo había hecho en su vida, finalmente escuche, a medida que ella hablaba, sentí como si finalmente hubiera encontrado la verdadera esperanza, pero tenía tanto miedo, miedo de admitir mis faltas, y temor de las consecuencias que tenía que enfrentar por lo que había hecho y quien yo era. Tenía temor del cambio. Sabía que debía tomar hacia Dios por ayuda, pero titubeaba entre el miedo y la esperanza.
Mi pasado casi me había destruido, pero ahora mi futuro me asustaba. Tenía temor de las nuevas responsabilidades y no estaba seguro de que podría vivir una vida cristiana. Debido a mis viejas creencias, me sentía en la profunda confusión que he experimentado en mi vida. Aun creía que Dios no me aceptaría o amaría debido a que era inaceptable, no digno de amor y sin valor.
Continuara………..
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
1º Juan 4:18, 19
Bibliografía.
SCOPE MINISTRIES INTERNACIONAL. (2005).  Se trasformado. Ed. Internacional Standard Number, Oklahoma






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